sábado, 7 de septiembre de 2013

CARACTERÍSTICAS DEL ALABASTRO

El alabastro es una roca monomineral casi en su totalidad y con la naturaleza del yeso. Se diferencia de éste en el tamaño de sus cristales (generalmente entre 10 y 80 micras “textura alabastrina”).

-Fácilmente soluble en agua y muy poco poroso.

-dureza baja (2 en la escala de Mohs)

-baja densidad.

-Poca resistencia a la compresión, a la flexión, a la abrasión o al choque.

-Dúctil. Admite un fácil pulido y una gran diversidad de acabados y texturas en el trabajo escultórico. Puede ser trabajado con  herramientas habitualmente destinadas a la madera.

-Muy translúcida y de brillo céreo y a veces vítreo. Estas características lo distinguen a simple vista del mármol. Difunde muy bien la luz en su interior,  más y mejor cuanto mayor es su pureza y menor el tamaño de sus cristales.



-Impurezas: depende de la tipología puede contener más o menos cantidad de impurezas. Son arcillas, carbonatos, materia orgánica, sílice, anhidrita, etc., modifican la composición y pueden variar la densidad, la dureza de la roca y la coloración.

-Yeso alabastrino: alabastro de gran pureza, constituida sólo por mineral de yeso (sulfato clásico y moléculas de agua). Con pequeñas impurezas en cantidades inferiores al 2-3%  Geológicamente, se denomina yeso alabastrino, y es el más utilizado en escultura. Otras calidades inferiores no se usan en escultura ni ornamentación. No es común encontrar estructuras homogéneas, sino que los tamaños de cristal se mezclan y abundan las impurezas. 
-Venas o “aguas del alabastro” son estructuras comunes. Tienen continuidad a lo largo del bloque y están constituidas por cristales de yeso de tamaños y texturas diferentes a las del resto de la roca, pudiendo contener restos de materia orgánica, de arcillas, óxidos o sulfuros de hierro, cuarzo, calcita, dolomita, feldespatos, etc.. No sólo confieren aguas en tonalidades diferentes sino que crean zonas donde las fuerzas de unión son más débiles (dan origen a superficies irregulares),  pudiendo desembocar en fracturas en caso de producirse tensiones. No todas las aguas representan discontinuidades mecánicas. Hay sistemas de venas finas que dibujan anillos concéntricos y que se generan hidratación de zonas concretas de la roca, por avances progresivos de agua del exterior al interior. Las venas en anillos concéntricos son únicas y características del alabastro.
-Para su conservación hay que tener presente su sensibilidad (a causa de sus impurezas, venas y heterogeneidad en el tamaño de sus cristales) a cambios de temperatura y humedad. Toda alteración afectará siempre a la fracción soluble del alabastro, conservándose inalterada la fracción más insoluble.

-En los procesos de restauración hay que descartar las limpiezas acuosas.

Si aumenta la temperatura por encima de 60ºC se puede producir deshidratación a nivel local, con pérdida de agua en su estructura. La exposición del alabastro al sol con humedad ambiental baja puede iniciar la deshidratación, cosa que produce pérdida de volumen (puede llegar al 60%) y cohesión, y deterioro progresivo.

domingo, 1 de septiembre de 2013

LIMPIAR-CONSOLIDAR-PROTEGER MADERA TALLADA Y POLICROMADA

Normalmente la capa superficial aparecerá muy oscurecida por lacados oxidados que se han ido aplicando a lo largo de la vida de la obra, por la acumulación de polvo, humo, mugre,...

Comunmente la capa de preparación puede estar compuesta de sulfato de calcio dihidratado con una cola de origen animal. Sobre ésta, la capa pictórica que encontramos habitualmente es temple a base de de algún tipo de materia orgánica (característica de la Edad Media) o bien óleo.

Estudios recientes sobre antiguas limpiezas realizadas en policromías han demostrado que los disolventes orgánicos (incluso la esencia de trementina que se venía usando como neutralizante y bálsamo para óleos) han dañado las capas pictóricas causando adelgazamiento, aumento de la rigidez y fragilidad. Ante tales resultados existe consenso acerca de realizar una limpieza de la suciedad superficial que no ataque a las bravas la capa de barniz (oxidado o no). Es posible entonces evaluar el estado del barniz y tomar una decisión sobre su eliminación o conservación.

Limpieza superfcial de la capa de suciedad: Se realiza mediante solución acuosa (agua desionizada) con tensioactivos o quelantes (sustancias secuestrantes) de pH ligéramente ácido (aprox.6). Si el pH de la solución acuosa llega a 7 o lo supera la capa de barniz oxidado (ácido por tanto) se hinchará y disolverá. Es posible que, una vez retirada la suciedad superficial, comprobemos que el barniz no amarillea tanto evitando intervenciones innecesarias.

Emulsión cerosa Pappina: Compuesta a base de cera de abejas emulsionada en agua con un tensioactivo aniónico (estearato de amonio) útil para la eliminación de suciedad superficial de policromías; si se le incorporan disolventes sera posible la eliminación gradual de capas de barniz.

Si procede, eliminación del barniz: Probablemente nos encontremos ante un barniz a base de resinas naturales oxidadas, de naturaleza ácida, más polar y en consecuencia más hidrófilo. La ligroina, la acetona y el alcohol se han demostrado efectivos en mezclas de polaridad controlada (empleando siempre la mínima polaridad necesaria) y testada sobre puntos poco visibles. El alcohol etílico puede solubilizar esmaltes usados en repintes sobre los que se acostumbraba a usar disolventes orgánicos muy polares como el tolueno. La teoría dice que disolventes como el alcohol etílico, la acetona o la ligroina son menos agresivos (tanto para la obra como para el restaurador), todavía faltan estudios que demuestren que no hay alteración de la capa pictórica.

Lo importante de hecho para conseguir una limpieza respetuosa de la capa pictórica es lograr una afectación mínima y sin dejar residuos. Para ello se han desarrollado pruebas que lo minimizan aplicando el disolvente mediante gelificación (por ejemplo agua desionizada con agar agar), De este modo el paso de la humedad al sustato no llega a ser perjudicial. El agua puede actuar por sí misma o bien hacerlo con un tensioactivo (Resin Soap y Bile Acid Soap formuladas por Richard Wolbers a base de jabones que se componen respectivamente de ácido abiético y ácido deoxicólico)  o quelante (EDTA monosódico, bisódico, trisódico y tetrasódico) . Existen formulaciones comerciales denominadas solvent gel (Carbopol y Ethomeen) que combinan desnsificadores de carácter ácido y tensioactivos de carácter básico. En las especificaciones del Carbopol se advierte que deja como residuo benceno. El Ethomeen es alcalino y corrosivo y al contacto con ojos y piel puede provocar irritación o quemaduras.

Atención el barniz puede haberse en escamas y puede suceder que las mismas arrastren parte de la capa pictórica durante la limpieza.

Eliminación de repintes. Hay que probar con diferentes disolventes poco polares (de paso son los menos nocivos para el restaurador: alcohol, acetona, ligroina) para averiguar con cuál obtenemos mayor efectividad.

Fijación puntual de la capa pictórica a pincel o por goteo con resinas cetónicas reversibles con disolventes poco polares. 

Barnizado de la policromía: Las resinas usadas tradicionalmente, el mástic y el dammar, se oxidan con facilidad, con lo cual la obra estaría de nuevo expuesta a limpiezas cíclicas poco deseables para su estabilidad y permanencia. Es deseable la aplicación de un barniz fácilmente eliminable con un disolvente poco polar como el éter de petróleo o ligroina.

Barniz aislante restauración Charbonel: Su composición a base de alcohol lo convierte en perfectamente compatible con los colores mas antiguos, asegurándoles su salvaguardia.

Laropal K 80
Barniz final para pintura, consolidante en la mezcla de cera-resina. Resina cetónica soluble en alcoholes y cetonas. Insoluble en agua y metanol. Posiblemente la menos estable de las resinas cetónicas. Similar al dammar o mastic en cuanto a reversivilidad, aunque amarillea algo menos. No es especialmente nocivo en condiciones normales de manipulación y uso.




domingo, 25 de agosto de 2013

CÓMO RECONSTRUIR UN OBJETO DE MARFIL, HUESO O ASTA

Reconstruir o reintegrar lagunas o faltas  en un objeto de marfil es arriesgado (no tanto en hueso o asta), ya que por su estructura en láminas y su fracción orgánica, tan sensible a las variaciones de temperatura y humedad, pueden darse cambios de volumen y movimientos con gran facilidad. Siempre es buena elección utilizar masillas o morteros de características similares o compatibles con el material que estamos tratando, de modo que obtendremos en este caso mejores resultados con una masilla flexible. Existen en el mercado productos profesionales fabricados a base de ceras naturales o sintéticas, o con una mezcla de ambas, aunque siempre es mejor usar para el marfil productos específicos de restauración, porque una mala elección (rigidez excesiva) puede acabar en desastre por su tendencia a efectuar movimientos y cambios de volumen.

Las grietas debidas a cambios de humedad o temperatura no se rellenan porque pueden volver a cerrarse y entonces el daño podría ser mayor. El marfil presenta fisuras en las zonas ricas en destina (menos mineralizadas). Los huesos producen fisuras longitudinales (ejes axiales de la formación del tejido).

Si el objeto está fragmentado es mejor no pegarlo y mantenerlo montado, soportado por una estructura que le "devuelva" su forma original. Hay que ser imaginativo porque cada pieza presenta un problema distinto, lo importante es no usar materiales que puedan manchar o afectar al marfil. Sobretodo no hay que usar metales y, si se usan alambres, deben estar protegidos por una capa plástica. El plástico es un material inerte adecuado para el contacto con cualquier objeto antiguo que queramos conservar.

El hueso y el asta en buen estado se pueden reconstruir con masillas más rígidas. Las más usadas son las acrílicas, pero también pueden aplicarse las masillas a base de ceras que se emplean para el marfil. El remontaje de piezas debería hacerse con un adhesivo que pueda eliminarse con facilidad como el pegamento imedio banda azul que en argot de restaurador se llama adhesivo nitrocelulósico o a base de celulosa y que es lo que se utiliza en toda excavación arqueológica.

CÓMO DISTINGUIR EL MARFIL AUTÉNTICO

El marfil se distingue del plástico por unas estrías características que tienen diferentes orientaciones. No son grabadas ni pintadas, sino que están integradas en el material y son translúcidas. Hay que recordar que el marfil crece en forma laminar y que las estrías corresponderán a diferentes tipos de corte. Se deben ver paralelas o cruzándose en forma de diamante. Otro método para distinguir el plástico del marfil es el peso y la falta de uniformidad tanto en la coloración como en la textura de éste último. Grietas, irregularidades e imperfecciones son señales del paso del tiempo sobre el marfil.

El hueso es en su estructura poroso, así que puede distinguirse del marfil con un buen reconocimiento.


Existen falsificaciones antiguas, que pueden resultar interesantes en sí mismas, el llamado marfil vegetal, hecho con huesos de la fruta que crece en un tipo de palma. Se puede comprobar que se trata de este tipo de falsificación aplicando ácido sulfúrico. En cuestión de minutos aparece una mancha que se puede borrar con agua. Sobre el marfil no se percibe ningún cambio. 

CÓMO RECONSTRUIR UN OBJETO DE METAL

Durante la limpieza de un metal puede aparecer una grieta, un agujero, incluso puede legar a descomponerse. Para salvaguardar el objeto antes de seguir trabajando pégale vendas a modo tirita. La manera de hacerlo es adherir vendas recortadas a medida con pegamento imedio disuelto en acetona (1/1), deposita las vendas sobre la superficie a asegurar y con un pincel y mucho cuidado aplica la disolución de adhesivo nitrocelulósico (pegamento imedio banda azul) con acetona. Deja secar y después de solucionar el problema lo podrás retirar con acetona aplicada puntualmente. Acomoda el objeto en una especie de cama que puedes fabricar con una bandeja alta rellena de arena de playa lavada. Coloca una tela o plástico flexible entre el objeto y la arena de manera que no puedan entrar granos en las rendijas

 Se pueden usar productos específicos para rellenar, pero debes asegurarte que podrás controlar la aplicación. La resina de poliéster con pigmentos es difícil de manejar, si no controlas el tiempo de curado, las dosis,... Es probable que todo acabe chorreando y estropeándose. Existen masillas de poliéster específicas que permiten, una vez secas el modelado. Las resinas epoxi, más sólidas, pueden apañar el problema si se adhieren bien. Atención, cualquier tipo de resina que usemos, por poco sospechosas que parezcan, emite vapores nocivos. Trabaja en ambientes abiertos.

Antes de aplicar un producto sobre la pieza debes experimentar con él. Aunque parezca que puedes conseguir el tono exacto con pigmentos mezclados lo único que puedes hacer es acercarte al tono, sobrepasarlo, o poner el foco de atención de la pieza en aquél cuerpo extraño de color estrambótico (además el uso de cargas o pigmentos con las resinas las debilita y modifica su comportamiento en el curado). Mejor dejar el color de la resina o a posteriori aproximar el tono con pintura al óleo. Busca en intenet un producto idóneo para las características del objeto porque si vas directamente a la tienda directamente puede que te vendan lo que tienen en stock por las buenas sin que sea realmente lo que necesitas.