domingo, 25 de agosto de 2013

CÓMO LIMPIAR UN ÓLEO

Si la obra no ha sufrido condiciones extremadamente adversas la capa pictórica no tiene porqué dar problemas, otra cosa es el estado de la tela (en general las antiguas son buenas) y el bastidor (insectos xilófagos). Si la pintura está cuarteada lo verás a simple vista o con una buena lupa y luz. Sobra decir que consolidar una capa pictórica, arrancarla para cambiar el lienzo, consolidar craquelados, reintegrar lagunas, etc requieren la paciencia, destreza y entrenamiento de un restaurador. Aunque si te decides a intervenir sobre tus cuadros a solas empieza antes con cualquier cuadro de un rastrillo que presente problemas similares.

Parecería que las obras modernas presentan mejor cohesión, sin embargo en la actualidad (incluyo las obras de la segunda mitad del s.XX) los pintores han dado rienda suelta a la imaginación, especialmente en el empleo de los materiales, han añadido cargas, cuerpos extraños y demás originalidades a la pintura. Han experimentado como nunca. Atención a los períodos de guerra, porque en tales situaciones los pintores deben conformarse con lo que hay y se dan cambios en la composición de materias importantes de la obra. En cambio, en obras más antiguas, sí es posible situarlas es su época y contexto se pueden obtener pistas valiosas acerca de técnicas específicas, aglutinantes, etc.

Limpieza superficial: Coloca la tela en horizontal. Si hay polvo, eliminalo con una brocha suave y acercando el aspirador pero sin succionar directamente sobre la tela. Hazlo por los dos lados empezando por el anterior para evaluar el estado de la capa pictórica. Si lo haces al reves puedes encontrarte con un disgusto al dar la vuelta al lienzo.

Desde hace muchos años es costumbre en países anglosajones realizar una limpieza respetando el barniz. El hecho de empezar directamente con disolventes poco polares como tolueno, xileno, esencia de trementina, white spirit,... elimina no solo la suciedad, sino también el barniz (esté o no en buen estado) y afecta a la capa pictórica en su grosor, dejándola rígida y endureciéndola. La alternativa respetuosa con la obra es una limpieza como la que detallo a continuación. 

Limpieza superfcial de la capa de suciedad: Solución acuosa (agua desionizada) con tensioactivos o quelantes (sustancias secuestrantes) de pH ligéramente ácido (aprox.6). Si el pH de la solución acuosa llega a 7 o lo supera la capa de barniz oxidado (ácido por tanto) se hinchará y disolverá. Es posible que, una vez retirada la suciedad superficial, comprobemos que el barniz no amarillea tanto. Esto evitará intervenciones innecesarias.


No hay que pasarse frotando, ni desmontar marco o bastidor (no vayamos a buscarnos problemas que no teníamos). Con un algodón impregnado en el líquido hay que ir limpiando la superficie por sectores, con paciencia y observando como responde la tela. Empezar por una esquina y ver si el barniz soporta la limpieza (seguramente sí). Si no la soporta hay que acudir a un profesional o preconsolidar. Si la soporta hay que actuar igualmente con precaución ya que no toda la superficie tiene porqué encontrarse en el mismo estado. Aunque trabajemos con sustancias poco tóxicas (en secuestrantes o quelantes y tensioactivos mirar las fichas de seguridad) es conveniente trabajar con algún tipo de protección para la piel y los ojos. Es preferible sustituir el algodon por algún tipo de brocha suave, ya que tras cada limpieza recuerdo tener que retirar los pelitos con la yema de los dedos (operación que puede acabar siendo dolorosa y que deja grasa en toda la superficie).

Emulsión cerosa Pappina: Cera de abejas emulsionada en agua con un tensioactivo aniónico (estearato de amonio) útil para la eliminación de suciedad superficial de policromías; si se le incorporan disolventes sera posible la eliminación gradual de capas de barniz.


Si encotramos un barniz oxidado-ácido-de polaridad elevada-hidrófilo en exceso ya no cumple convenientemente su función como protector de la capa pictórica. Entonces es conveniente la eliminación del barniz. Tradicionalmente se han usado resinas naturales en la protección de los lienzos y la ligroina, la acetona y el alcohol se han demostrado efectivos en mezclas de polaridad controlada (utilizando siempre la mínima polaridad necesaria) y testada sobre puntos poco visibles. El alcohol etílico puede solubilizar esmaltes usados en repintes sobre los que se acostumbraba a usar disolventes orgánicos muy polares como el tolueno. La teoría dice que disolventes como el alcohol etílico, la acetona o la ligroina son menos agresivos (tanto para la obra como para el restaurador), pero todavía faltan estudios que demuestren que no se producen alteraciones más profundas.


Es deseable lograr una afectación mínima de la capa pictórica, sin modificarla ni dejar residuos. Esto se ha conseguido a través de agua desionizada gelificada (existen productos diversos de drogería, pero yo me inclino por el agar agar). De este modo el paso de la humedad al sustato está más controlado y no llega a ser perjudicial. El agua puede actuar por sí misma o bien hacerlo con un tensioactivo (Resin Soap y Bile Acid Soap formuladas por Richard Wolbers*

 a base de jabones que se componen respectivamente de ácido abiético y ácido deoxicólico)  o un quelante (EDTA monosódico, bisódico, trisódico y tetrasódico). Existen formulaciones comerciales denominadas solvent gel (Carbopol y Ethomeen) que combinan desnsificadores de carácter ácido y tensioactivos de carácter básico. En las especificaciones del Carbopol se advierte que deja como residuo benceno. El Ethomeen es alcalino y corrosivo y al contacto con ojos y piel puede provocar irritación o quemaduras.

Atención el barniz puede haberse convertido en escamas y puede suceder que las mismas arrastren parte de la capa pictórica durante la limpieza.


Eliminación de repintes. Hay que probar con diferentes disolventes poco polares (de paso son los menos nocivos para el restaurador: alcohol, acetona, ligroina) para averiguar con cuál obtenemos mayor efectividad.


Preconsolidación de la capa pictórica a pincel o por goteo con resinas cetónicas reversibles con disolventes poco polares. 



SUERTE.


*Restaurador del Getty Conservation Institute. Desarrolló estos productos con mezclas de tensioactivos y de enzimas. Son productos sobre los que sigue desarrollando una investigación intensa, pero que han demostrado algunas deficiencias como el tensioactivo usado, el tris-HCL, que deja residuos indeseables sobre el sustrato.

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